Abandonos
Abandonos.
Ossip Gregorovius encontró esto en su libreta sin cuadricular:
“Cuando alguien te abandona se produce un destierro especial. Aunque sigas pensando en esa persona por mucho tiempo, la forma de hacerlo ha cambiado. Es como si ya no tuviéramos permiso, derecho, para pensar en ella como lo hacíamos antes, cuando pensar en la otra persona era como si ella te acompañara, como si estuviera paseando contigo en tu pensamiento.
Pensar en esa persona, cuando ya te ha abandonado, es como acecharla, como seguirla por calles que nunca sabes a donde van, con miedo a que se gire y te descubra, con miedo a que te impida seguir pensando en ella el hecho de que ella hace mundo que ya no piensa en ti.”
Sí, a fuer. Se vive el des-tierro y el des-tiempo. El des-tino. Un errar perenne en el que las hojas se van tiñendo de letras para que no se les atisbe el luto del no ser más que des-usos de sus propios des-atinos.
¿Pero no se vive en un permanente destierro desde que uno decidió abandonarse a sí mismo hace un mundo?